De hecho, Sarah y Kimo Bertram de San Francisco nunca pensaron vivir alguna vez en una casa flotante. Pero después de una búsqueda de casi tres años y múltiples visitas de inmuebles Sarah encontró un anuncio que ofrecía puestos de amarre para casas flotantes.
Y esa fue la razón final por la cual los Bertrams se convertían en parte de la comunidad de casas flotantes de Mission Creek San Francisco.

Para el sueño de una casa flotante propia, la pareja encargo al arquitecto Robert Nebolon y el contratista general Bart Elmer la creación de un Loft flotante. La casa flotante recuerda a una caja de dos plantas, protegiendo a sus inquilinos de viento y agua, por su inspiración en la típica forma de una cabina de control de las grúas de carga en el puerto. Como homenaje a los astilleros y los edificios industriales, la casa flotante termina con un tejado en forma de sierra. Unos grandes marcos de ventana ofrecen además una vista panorámica al mar.
En el interior, el color naranja en la puerta de entrada y la escalera en forma de caracol han sido seleccionados de forma consciente. Se trata del color “International Orange”, el mismo tono de color en el cual está pintado el puente Golden Gate Bridge de San Francisco.

La casa flotante de 210 (en la página Web de Robert Nebolon aparece como 195m²) metros cuadrados convence con su fachada en blanco y azul. El interior es abierto, claro y moderno. Como contraste a los negros marcos de las ventanas se introduce la cálida madera de alerce. En el baño el lavabo doble Vero de Duravit ofrece mucho espacio para la higiene diaria tanto en alta mar como en el amarre de Mission Creek.