Señora Manz, inicialmente usted quería estudiar pintura. ¿Cómo llegó al diseño?
Efectivamente, quería estudiar pintura. Todavía hoy me encanta el olor de pinturas al óleo. Cuando empecé a preparar mi carpeta de pinturas para el estudio de arte en la Royal Academy Kopenhaben alguien me preguntó porque no me inscribía en la School of Design. En este momento no me veía allí pero no obstante presenté mi carpeta. Recibí una contestación favorable para el estudio de diseño y una negativa para la Royal Academy. Por un lado me producía una alegría pero por otro lado naturalmente estaba decepcionada. Después me dije que lo probaría durante 2 o 3 meses y si me gustaba me quedaría. Si no me gustaba siempre estaba a tiempo a irme. Me gustó y me quedé.
Abrió su propio estudio unos años después de finalizar los estudios. ¿Cómo trabaja usted?
Desde siempre me gustó trabajar sola. No lo sé, tal vez porque nunca he encontrado al socio perfecto. Puedo volcarme mucho en un proyecto y es exactamente eso lo que me gusta de mi trabajo. Este acercamiento intenso no puedo delegarlo a otra persona. En este momento mi situación laboral es perfecta: tengo un equipo muy reducido, pero la última palabra siempre la tengo yo.
Sus diseños son extremadamente reducidos. ¿Ve su trabajo en el contexto de su origen, Dinamarca?
Desde luego. Creo que nuestro origen está en nuestra sangre y nuestra cultura nos define. La gente del norte tienden a la sobriedad y esto se materializa en el diseño clásico de Dinamarca. Con esto, mis trabajos reflejan muy bien mi temperamento.
¿Qué es lo que le inspira en sus diseños?
Reflexiono mucho. Lo de la inspiración es sobre todo lo que pasa en mi interior. Soy como un filtro: todo lo que absorbo de texturas, imágenes y ambientes pasan por este filtro. Por esta razón al final no puedo decir si ha sido ésta u otra pintura, ésta o aquella música que me ha inspirado.
Usted misma dice que no hay que diseñar nada que complique la vida, que eso es un diseño deficiente. ¿Cómo está segura de que sus productos cumplen con esta exigencia?
Cuando diseño una silla o una cuchara pequeña me las llevo a casa y las pruebo: “hardcore testing” (prueba intensiva). Esto es muy importante. Lo que no funciona para mí, ¿por qué tiene que funcionar para otros? Y si en mi casa no queda bien por su aspecto, ¿cómo puede quedar bien en cualquier otra casa?
¿Cómo ha vivido la colaboración con Duravit?
El viaje a Hornberg ha sido algo extraordinario. En Dinamarca tenemos muchas costas pero ninguna montaña; el punto más alto está a 200 m sobre el mar. La sensación era como la de una aventura, cuando esperaba el tren en el andén, rodeado de montañas. Me di cuenta que Duravit es un elemento integrado en este lugar y este ambiente especial ha influido también el trabajo con Duravit.
Me di cuenta muy pronto de cuánta experiencia había detrás de Duravit, cuánto conocimiento y cuánta maestría acumulada durante años en el oficio.
Me gustó muchísimo trabajar con todo esto y vivir esta dedicación. Para llegar a las salas de reunión se tenía que pasar literalmente por un camino a través de montañas de caolina, y otras materias primas para la porcelana.
Pero esto es exactamente lo que es importante para mí, esta unión con el material.